Según el ICBF (Instituto Colombiano De Bienestar Familiar), el abandono parental es “una forma de maltrato infantil que se configura cuando los progenitores o representantes legales de niños, niñas y adolescentes no suplen las necesidades que garantizan sus derechos, absteniéndose de proporcionar los alimentos, vivienda y educación o exponiéndolos a actos que atenten contra su dignidad e integridad física”. Según el Código de la
Infancia y la Adolescencia, “los niños, las niñas y los adolescentes tienen derecho a tener y crecer
en el seno de la familia, a ser acogidos y no ser separados de ella”.
¿Cuáles son las consecuencias para la salud mental de los niños?
A pesar de la cantidad de información que circula con respecto al desarrollo infantil, a las necesidades e importancia de la participación en la familia y la socialización, nos encontramos abocados en una problemática de abandono tanto física como emocional de miles de niños.
El ritmo de vida acelerado, el manejo de las redes sociales, la imperiosa necesidad de trabajar de ambos padres, y otros muchos factores, han provocado que muchas familias dejen en segundo plano algunas necesidades infantiles o, en el peor de los casos, abandonen a sus hijos.
¿En qué consiste el abandono parental?
Se considera abandono infantil aquella serie de conductas que llevan a desatender las necesidades afectivas, sociales y emocionales de los niños, lo cual causa efectos negativos en diferentes áreas y a lo largo de todo el desarrollo.
En uno de los muchos estudios hechos al respecto, se pudo comprobar que el abandono de niños menores de dos años se evidenciaba en la dificultad para interactuar con sus pares y para disfrutar del juego.
Debido a que las necesidades primarias de los niños, en esta etapa, son la seguridad, la contención emocional y la nutrición, ellos suelen centrar su atención en el entorno, buscando instintivamente un elemento que les brinde la sensación de protección.
Es importante tener en cuenta que durante la primera infancia se produce el mayor desarrollo cerebral. Este es el que le permite al niño asimilar, comprender y relacionarse con su entorno y contexto, de manera que un cerebro con baja estimulación, producto del abandono, tendrá un menor desarrollo del potencial de aprendizaje escolar, emocional y social.
De manera que nos encontramos frente a un deterioro difícil de recuperar, y además tendremos a un niño que deberá enfrentar entornos en los que difícilmente se adaptará, produciéndose entonces un efecto “bola de nieve”. El cual reforzará la inseguridad y, que, a la vez, podrían incrementar otro tipo de inseguridades.
En esta época, pensemos que la tecnología ha desplazado los espacios recreativos, sociales y familiares, debido al uso desmedido de las redes sociales, hemos caricaturizado la problemática, pero no nos hemos alarmado, entonces es importante empezar a pensar seriamente en esto.
¿Qué podemos hacer para evitar el abandono parental?
Es muy importante que como padres y cuidadores seamos sensibles frente a las necesidades del niño en todas las etapas de su desarrollo, algunas propuestas serían:
- Preguntar al menor cómo se siente en su escuela, escuchando y respetando sus opiniones.
- Hablar durante la cena dedicando el tiempo para compartir en familia.
- Dedicar tiempo de ocio y juego con los niños, evitando los videojuegos.
- Escuchar al menor cuando este le hable, haciendo contacto visual y haciéndole saber que lo escucha.