Son muchos los desafíos que las personas con cáncer deber enfrentar día a día. Dentro de ellos, se encuentra uno al que tendemos a no dar el protagonismo que merece: el cuidado de su autoestima. Y es que se trata de un factor clave en la lucha contra una enfermedad que cobra la vida de millones de personas año tras año. Por eso, durante este mes en que nos unimos en la batalla contra el Cáncer, queremos repasar su rol y dejar algunos consejos que pueden ayudar a trabajar la autoestima. 

Por Gustavo Cortés Muñoz, Psicólogo Clínico de Psyalive 

¿Qué sucede con mi autoestima? 

La autoestima de todas las personas, pero aún más en aquellas con cáncer, podría verse afectado por diversos factores.  Entre estos, los tratamientos que podrían generar desgaste físico y/o emocional, así como la incertidumbre de enfrentar algo desconocido y sin garantías claras.  

Y a pesar de que hoy en día los avances científicos permiten brindar cada vez mayores esperanzas, todo lo vivido conlleva un alto desgaste emocional. Uno que no sólo afecta al paciente, sino que también a su entorno cercano. Por ello, es de suma importancia que durante todo el proceso la persona que lucha contra el cáncer cuente con una red de apoyo tanto profesional como junto a sus seres queridos, en la medida de lo posible. 

Lo anterior se menciona ya que está comprobado que el acompañamiento constante y las estrategias de afrontamiento que surgen de estos espacios ayudan a que la persona con cáncer mantenga o aumente el estado de su autoestima. Lo que a su vez tiene directa relación con los niveles de ansiedad que pueden surgir como consecuencia de padecer una enfermedad que podría llegar a ser terminal. 

En otras palabras, al haber un espectro de herramientas más amplio para afrontar la enfermedad, se conserva la autoestima en mejor forma y, por ende, la ansiedad se queda también en niveles más controlables. Esto gatilla que la sintomatología tanto física como emocional se mantiene en niveles que permitan que la persona se adhiera a los tratamientos de forma oportuna, lo que incrementa las posibilidades de superar el cáncer.  

Algo para tener en cuenta además es que la autoestima juega un factor importante en la vida de todo ser humano, independiente si padece o no algún tipo de enfermedad como el cáncer.  

La autoestima es un tema que nos acompaña desde que tenemos uso de razón, y debería irse desarrollando y trabajando de distintas formas según la etapa del ciclo vital que estamos viviendo. Es la forma como nos apreciamos a nosotros mismos, a veces usando como referente el cómo el resto nos ve y, por supuesto, el cómo cada uno se percibe a sí mismo.  

Tener una autoestima saludable es importante porque ayuda a que las personas puedan tener un buen estado en general desde lo emocional a lo físico. También ayuda a tener motivación para afrontar los problemas del día a día y poder disfrutar triunfos y superar fracasos. 

Y es por esto que trabajar en ella es de suma importancia, para todos y en particular para personas que luchan contra esta enfermedad. Porque ayuda a que seamos conscientes de nuestras necesidades, definiendo límites sanos para nuestra salud física y emocional, lo que se llama autocuidado.  

Y, finalmente, porque además nos enseña a reconocernos como seres dignos de ser amados y valorados de forma sana, entre muchas otras cosas.  

Consejos para trabajar la autoestima 

Hacerse consciente de los pequeños logros diarios 

Si la persona está pasando por un momento difícil a nivel físico y/o emocional, el hecho de poder levantarse y beber un vaso de agua es un logro significativo. 

Saber poner límites sanos con uno mismo y los demás 

Esto contribuye a no sentirnos transgredidos, lo que fomenta que la autoestima se mantenga en niveles saludables. 

No quedarse con las ganas de hacer o conseguir cierta meta 

La vida es para disfrutarla y experimentar nuevas cosas, la autorrealización es fundamental para el desarrollo de una autoestima saludable.  

Trabajar en aceptarnos tal cual somos 

No hay nada de malo en abrazar y amar “lo bueno y lo malo” de nosotros mismos. Por supuesto que siempre está la alternativa de trabajar en lo que deseamos mejorar.  

Ser conscientes de que podemos equivocarnos 

Aceptar que podemos aprender de estos errores y desarrollarnos para mejorar como personas, es parte de la existencia humana, nadie nace sabiendo como hacer las cosas, de ser así, la vida podría ser algo monótona y sin sorpresas.  

Definir pequeñas paradas para alcanzar una gran meta 

Es muy bueno cuando se logra poner pequeñas metas realistas que contribuyan a lograr un gran objetivo. Lo anterior puede ayudar a que veamos pequeños éxitos en un camino extenso; nos permita sentirnos eficaces y motivados para seguir perseverando en lo que deseamos conseguir.