¿Has pensado cuál era tu reacción cuando te sentías mal de niño(a)?
¿Recuerdas momentos de mucha tristeza, angustia, miedo o rabia? ¿Eras de los (as) que expresaban sus emociones esperando contención o más bien te las guardabas?
¿Acudías a alguno de tus padres? ¿Cómo respondían?
Y por otro lado, ¿recuerdas cómo reaccionaban tus padres ante su propio estrés? ¿Gritaban? ¿Se mostraban indiferentes? ¿Qué los caracterizaba la mayoría de las veces?
Tabla de contenido
Tu propia crianza, tiene mucho que ver con la crianza que le das a tus hijos.
A la hora de criar todas estas preguntas son indispensables. Mucho se dice sobre crianza, pero poco ahondamos en nuestra propia crianza, sin saber que es el aspecto más determinante de nuestra performance como padres.
El mundo necesita seres humanos de calidad, sanos mentalmente y preocupados por los demás y por su entorno, personas que al menos no resten, destruyendo nuestro planeta y/o a sus habitantes.
Ese gran “súper poder” se adquiere en la infancia, se llama: “mis padres me contuvieron en mis momentos de estrés, me valoraron y protegieron”. Si claro! también existen los resilientes, aquellos que les tocó muy duro y salieron adelante victoriosos (pero lamentablemente son los menos).
Los niños (as) necesitan cuidadores sanos emocionalmente.
Los cuidadores o padres responsables de la crianza, deben ser capaces de entregar amor y de reponerse rápidamente al recibir la frustración de un hijo (a) con pataleta; que no quiera comer; que no te deje dormir o simplemente que demande tu atención más de lo que quisieras.
Ese es uno de los desafíos de criar! Además de satisfacer las necesidades básicas de alimentación, vestimenta y hogar, logren auto regularse la mayoría del tiempo. Ojo! que digo la mayoría del tiempo porque no somos robots y podemos permitirnos equivocar o que a veces sea muy difícil postergarnos en función de las necesidades de nuestros hijos (as).
Sin embargo, lo importante será aprender a mirarnos y admitir cuando no lo estamos haciendo suficientemente bien. En este caso, la culpa sí hace lo suyo!
Siempre sabremos cuando se nos está pasando la mano, cuando estamos siendo extremadamente duros, muy permisivos o incluso indiferentes a la hora de calmar a nuestros hijos (as).
La buena noticia es que siempre podemos reparar.
Recuerda que los hijos (as) siempre nos están mirando, mucho más de lo que crees.
Ellos (as) están pendientes permanentemente de nuestros gestos, expresiones, posturas, actitudes, de lo que dices y de lo que NO dices.
Pero sobretodo: están atentos a tus respuestas cuando se sienten mal. De estas reacciones sacarán sus propias conclusiones y eso será lo que interpreten de sí mismos (as) y del mundo! “Me quieren, me valoran, el mundo es un lugar seguro, puedo confiar en mis padres, me resulta útil expresar mis emociones, recibo lo que necesito de parte de mis padres”.
Este tipo de creencias se gestan a partir de la temprana infancia en la interacción con nuestros padres.
A partir de esas experiencias se relacionarán con los demás, resolverán sus problemas, tomarán sus decisiones, seleccionarán a sus amistades y parejas, y por supuesto, criarán a sus hijos (as).
¿Cómo criar futuros adultos sanos?
Aquí les dejo algunos tips imperdibles en crianza segura:
- Siempre piensa que eres el modelo a seguir y que los hechos valen más que las palabras. Revisa tus actos, eso es lo que ven tus hijos(as). No les exijas actitudes que no ven en ti. No se trata de actuar o ser alguien que no eres, pero es tu oportunidad de ser mejor, mirarte y evolucionar ,si así lo decides!
- Dedica tiempo para tu autocuidado, una mamá/papá agotada (o) e infeliz nunca podrá criar “suficientemente bien”.
- Invierte energía y usa todos tus recursos en los momentos de malestar o desregulación de tus hijos (as). Esos son los más valiosos, la habilidad de atender (a veces antes de que lo expresen), mostrarse disponible y la forma en que contengas y ayudes a resolver, es la herramienta más preciada para hacer de tus hijos (as) futuros adultos sanos.
- Dedícales tiempo, si te lo propones lograrás gestionar el tiempo contemplándolos en tus planes y siempre encontrarás algo que te acomode, donde tú también te diviertas y ellos lo noten.
- Alinéate con el papá/mamá de tus hijos (as) en lo que consideran importante a la hora de criar y así evitar desacuerdos (hábitos y reglas básicas).
- Si crees que tienes problemas para autorregularte, tu propia crianza fue difícil, te sientes deprimida (o) y/o estás desprovista (o) de herramientas para criar y superar los desafíos que implica, asesórate, para eso estamos los especialistas online y con gusto te ayudaremos!
- Establece las normas y, dependiendo de la edad, pueden co-construirlas.
- Evita los castigos y los NO todo el tiempo.
- Jamás prometas lo que no cumplirás. Perderás la credibilidad rápidamente.
- Resuelve conversando, negociando y siempre recuerda los límites o reglas de la casa.
En vez de tantos discursos ejercita el hacer “preguntas poderosas”, a través de éstas, llegarán por sí mismas (os) a las respuestas tras la reflexión. Sin duda, ¡será mucho más significativo el aprendizaje!
- Recuérdales frecuentemente lo valiosos que son y cuánto los quieres.
- No olvides pedir disculpas cuando te equivoques y enséñales que con tu propio ejemplo que por medio del error aprendemos y que siempre se puede reparar.
- Escucha y conectate con sus necesidades e intereses, no proyectes tus miedos, creencias, carencias y expectativas en las vida de tu hijo(a). Solo les harás más difícil el camino.
Podemos ser nuestra mejor versión al criar ya que son lo que más amamos en la vida y por ellos (as) lo hacemos todo!
No dudes en asesorarte en crianza positiva, descubre tu potencial y disfruta criando.