Cuando llegué a Chile me tocó trabajar en diversas cosas que ni siquiera iba a imaginar. Uno de esos empleos fue trabajar con adultos mayores.
Yo era la cuidadora de dos viejitas (hermanas). Una de ellas tenía depresión y Alzheimer, y además presentaba fibrosis pulmonar, una enfermedad que no tiene cura.
Y su hermana, diabética, pero estaba muy bien a nivel físico y mental.
Cuando comencé a trabajar con ellas me pidieron que pusiera más atención en los cuidados de Ramona, diagnosticada con depresión en aquel momento.
Como cuidadora sentí que fui una parte muy importante en su vida. Y pude notar que de cierto modo los cuidadores sufren un desgaste físico y mental muy fuerte. Llegó un momento en que Ramona ya no podía levantarse de la cama, su saturación era muy baja, por lo que los médicos decidieron colocarle oxígeno día y noche.
Eventualmente todas nos sentimos agotadas, y yo sentía que ya no podía más. Su hermana se deprimía a diario al verla postrada en una cama y su única hija comenzó con a tener episodios de ansiedad, depresión y fue diagnosticada con el síndrome del cuidador. A pesar de esto siguió entregando lo mejor de sí para su mamá.
¿Cómo afecta trabajar en cuidados paliativos a la salud de los cuidadores?
Debido a mi experiencia, decidí investigar y pude observar algunos problemas de salud que presentan los cuidadores, entre ellos:
- Mayor tendencia a sufrir depresiones, ansiedad o un nivel muy elevado de estrés.
- Sensación de frustración, de no estar haciendo las cosas bien o de no cubrir todas las necesidades del enfermo.
- Sensación de soledad.
- Fatiga frecuente.
- Dolores musculares
- Dolores de cabeza frecuentes.
- Molestias estomacales y gástricas.
- Algo muy común es la percepción de que su propia salud es muy mala o al menos, mucho peor de lo que revelan las pruebas médicas.
- Mayor tendencia a sufrir infecciones.
- Hipertensión
- Diabetes
Qué hacer en caso de presentar estos síntomas trabajando al cuidado de adultos mayores
Al observar que como cuidadora podía estar pasando por estos síntomas, decidí hablar con mi psicóloga. Ella me dio algunas recomendaciones que fueron fundamentales para seguir allí, sacándoles sonrisas a los enfermos a pesar de dichas situaciones.
No todo el mundo está apto para ser cuidador, pero a veces la vida nos puede colocar esta situación a la fuerza, por lo que es importante recibir asesoramiento, acompañamiento psicológico y conocer las enfermedades que presenta el paciente.
Volviendo a la historia les cuento que Ramona fue empeorando. Estaba cada día más cansada y demostraba su sufrimiento por lo que el geriatra decidió medicarle morfina. Falleció en un momento inesperado, justo antes de su cumpleaños. Fue un momento muy duro, confuso, doloroso y culposo.
Mi culpa llegó cuando me cuestioné qué pude haber hecho mejor, pero a través de la psicoterapia me di cuenta de que era su momento de partir, que nadie tenía la culpa de lo sucedido, sino que era algo que tenía que pasar.
Cómo sobrellevar pérdidas trabajando con adultos mayores
Tengo en mi recuerdo todo lo bonito que hice por ella, lo bien que la pasamos, jugábamos, le colocaba ejercicios de estimulación cognitiva, nos divertíamos y también sufríamos juntas. En estos momentos es inevitable decir que se me hace un nudo en la garganta escribiendo estas líneas, a pesar de que yo era una trabajadora, ella para mí fue como mi abuela, tanto que llegué al punto de apreciarla y quererla, cuidarla como a un niño y tratarla como a mí me hubiese gustado tratar a mi abuela.
A veces la vida nos coloca ante estos escenarios, que de alguna manera nos dejan una bonita reflexión, nos dejan con el corazón cargado, de que podemos ser buenos y generosos. Porque hay muchas personas padeciendo distintas situaciones, hay adultos mayores abandonados y solitarios. Tú puedes ser parte del cambio.
Comienza tratando a otros con amor y respeto.
Luego la vida te lo recompensará el doble.