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Proceso de duelo en Pandemia:

hombre pasando por un duelo

El duelo

Es el proceso de adaptación emocional que produce cualquier tipo de pérdida. Cada persona experimenta el duelo de una forma diferente. Generalmente, una persona siente el duelo en olas o ciclos. Esto significa que hay períodos de sentimientos dolorosos e intensos que aparecen y desaparecen.

Las personas pueden sentir que están progresando en el duelo cuando sienten menos dolor de forma temporal. Pero después de un tiempo, pueden volver a atravesar el duelo.

Tales cambios en el duelo pueden ocurrir en fechas importantes, como fiestas o cumpleaños. A lo largo del tiempo, algunas personas experimentan estos ciclos de duelo con menor frecuencia mientras se adaptan a la pérdida.

El duelo en pandemia

La Pandemia nos arrebató a muchos “seres queridos”, sin pedirnos permiso y sin que muchos de ellos estuvieran enfermos.

Hacer un duelo en cualquier condición ya es difícil, mucho más en una pandemia mundial como la que estamos atravesando.

Hay etapas que se han estudiado para este proceso: susto y desesperación mientras nuestro ser querido se enfermó gravemente, sorpresa ante lo inminente que está pasando y no saber qué hacer.

Las 5 etapas del duelo

Kubler Ross (1926-2004) psiquiatra estadounidense, especialista en cuidados paliativos y en “muerte”, describió 5 etapas del duelo:

  1. Negación.
  2. Enojo.
  3. Negociación.
  4. Depresión.
  5. Aceptación.
¿Qué pasa cuando el duelo nos produce una sensación de vacío interno que no nos permite darnos cuenta del nivel de sufrimiento que vamos teniendo?

Para empezar con el proceso de duelo es absolutamente necesario que la presencia “alucinadora” del ser querido que se fue, permanezca en nosotros.

El analista debe hacer un trabajo con su paciente para convertir aquello que fue real en algo simbólico.
Al comienzo del trabajo de duelo muchas veces es necesario nuestro silencio para que el paciente que está en sesión con nosotros se sienta acompañado con nuestra presencia, hasta que pueda emitir alguna palabra. No poner palabras de consuelo en donde no las hay.

En mi caso personal una paciente perdió a su hijo varón de muerte súbita haciendo pre- calentamiento en el campo de deportes de su escuela.

Durante 3 meses, venía a su terapia y solo lloraba yo acompañaba con mi presencia y mi silencio, hasta que un día empezó a hablar.

psyalive fonasa

Después de muchos años (cerca de 10) me la encontré en un bar, no la reconocí pero ella si a mí, su cambio en el color del cabello y sus kilos menos me impidieron que la reconociera fácilmente. Estaba muy bien dentro de lo que se puede estar con esa situación traumática por la que pasó.

Se levantó de su mesa y me vino a saludar, pero sobre todo me vino a agradecer, por mi silencio en ese momento difícil de su vida, por lo mucho que se sintió acompañada.

Me contó que se recibió de psicóloga, que estaba trabajando y sus hijas mellizas, ya estaban grandes y muy bien.

Realmente entendí la magnitud del “acto analítico”. En el caso de los “hijos” es un duelo que no tiene un nombre dado, simplemente se nos extrajo una parte de nuestro cuerpo. A esto también lo llamamos “fenómeno de límite”.

¿Qué sientes al vivir un duelo?

Pasar un duelo es semejante a un derrumbe emocional casi rozando con lo catastrófico. Esta pandemia nos pone de frente todos los días con la terrible realidad que estamos pasando, nos sentimos sobrevivientes cuando nos vamos a dormir “sanos”.

Encontramos distintos tipos de intensidades en ese dolor, ninguna más importante que la otra. Hay duelos por rupturas de parejas pero no por fallecimientos, sino por pérdidas de esa relación amorosa que no pudo ser. Por eso hablo de intensidades, el dolor tiene que ver con el afecto que inunda nuestro aparato psíquico.

Estamos tristes y desganados, la vida es gris. Poco a poco y sin darnos cuenta estas etapas que antes nombré se van sucediendo.

Finalmente llegamos a la etapa de “aceptación” en la cual vamos sacando la energía que teníamos depositadas en el ser amado para, de algún modo, convertirlas en “lindos recuerdos”.

Es decir que convertimos la representación psíquica y la transformamos en “recuerdo”. Esto se dará en el tiempo de cada uno. El poder distribuir la energía es lo que nos ayudará a comenzar el proceso de duelo.

Si por alguna razón, esta energía queda estancada, entraremos en lo que llamamos “duelo patológico”.

Lic. Silvia Matalon
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