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El apego en las relaciones de pareja

relaciones de parejas

Te has puesto a pensar qué factores son los que se entremezclan en las relaciones de pareja o incluso al momento de buscar pareja.

Como bien lo explica el psicoanálisis, muchas de nuestras acciones, decisiones y elecciones se remontan a ciertos elementos adquiridos en la infancia. La forma en cómo fue nuestra crianza, la manera en que nos relacionamos con nuestras figuras parentales, con nuestros hermanos y/o pares hizo que de adultos tuviéramos ciertos patrones que se pueden evidenciar en muchas áreas de nuestra vida.

Ahora bien, volviendo al tema del titulo, La forma en que aprendimos a lidiar con nuestras emociones y nuestras parejas tiene sus bases en la infancia (Y cómo no!) y en la forma en la cual vivimos e integramos los patrones y conductas de apego a raíz de la disponibilidad y cuidado de nuestras figuras significativas. Es a partir de aquello que creamos modelos operativos internos, algo así como un esquema mental, que uno como persona construye sobre sí mismo, acerca de sus figuras de apego y la relación existente entre ambos.

Las relaciones de pareja tienen una integración de diferentes sistemas, en los cuales exponemos estas experiencias de apego previas, activándose ahora en la cual expresamos, manejamos y vinculamos nuestros estados emocionales en la adultez.

Aquellos elementos que fueron predominantes en la primera infancia vienen a ser los protagonistas en las relaciones románticas, volviendo el actuar de cada uno a acciones similares a las que teníamos de niños con nuestros cuidadores.

¿Cuáles son los elementos que se pueden evidenciar en las relaciones de pareja?

  • La necesidad de mantener el contacto físico.
  • La familiaridad.
  • Los sentimientos de tristeza ante la pérdida.
  • La ansiedad ante la separación.
  • La búsqueda de confianza y seguridad.
¿Les parece si hacemos un recorrido desde el apego infantil al desarrollo emocional en las relaciones de pareja?

Es muy relevante mencionar que aquel tipo de apego vivenciado cuando niños quedará en nosotros hasta la adultez.

Apego Seguro.

Entonces, aquellos que de niños lograron un apego SEGURO, de adultos serán personas que llegan a la adultez con sentimientos de confianza y autoconocimiento. Son capaces de autorregularse y usar sus propias herramientas para solucionar diferentes problemas.

Al momento de necesitar de un otro, pueden recurrir y pedir ayuda, cuidando de su espacio personal, el social y de pareja. Es decir, aquellos niños que sus cuidadores les entregaron un espacio predecible, con límites y seguro se desarrollan emocionalmente de mejor forma

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Apego Evitativo.

Por otra parte tenemos el apego EVITATIVO que se ve reflejado en la inseguridad constante ante el vínculo amoroso. En sentimientos de insuficiencia “nunca seré suficiente” ;  y por lo mismo se cae en la autosuficiencia. Son personas que se muestran evitativos y distantes emocionalmente.

Existe una dificultad para expresar las emociones y el contacto emocional. Y qué fue lo que pasó en la infancia de este sujeto para desarrollar tales características, les explico, sus figuras de apego estuvieron ausentes, no entregaron un entorno seguro en el cual poder expresar sentimientos y temores. Lo anterior, causó un distanciamiento hacia el otro, por lo que, evita el contacto amoroso porque es el mecanismo que le ha ayudado a poder sobrellevar su vida con un margen de dolor “controlado”

Apego Ansioso/Ambivalente.

Finalmente existe el apego ANSIOSO/AMBIVALENTE. Aquellos infantes que estuvieron expuestos a un ambiente que carecía de rutinas o de lo predecible. Que sus cuidadores no establecieron un patrón de cercanía y seguridad, crearon en su desarrollo emocional una ansiedad que les hace necesitar de un otro y de la cercanía del otro para regularse.

Como de niños estuvieron en esta ambivalencia del no saber si su cuidador estaría o no, de grandes ponen a prueba al otro. Demandan y cuestionan su amor por el miedo a ser abandonados. También sufren de ansiedad cuando no hay un otro disponible. La mayor característica visible es este miedo constante al abandono.

Es impresionante como detalles que pueden resultar muy simples pueden forjar todo un sistema de significaciones y maneras de enfrentar la vida. Esto nos hace preguntarnos qué ocurrió en nuestra infancia que hoy nos deja con patrones conductuales que en ocasiones nos causa dolor o incluso problemas.

Cuánto de estas huellas de niños nos acompañan hasta hoy, cuánto de esto traspasaremos a nuestros hijos y/o sobrinos. Te invito a pensar en esto, si crees que hay algo que hoy no te está permitiendo tener una estabilidad emocional o mental consulta un psicólogo.

Quizá si revisamos el pasado juntos podamos resignificar aquello que duele y podamos transformar esas vivencias en algo más saludable.

Un abrazo, Cami!

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