Todos tenemos un pasatiempo, un interés o una actividad que disfrutamos intensamente. Todos hemos experimentado alguna vez una experiencia que nos lleva a “FLUIR”, término estudiado por Mihaly Csikszentmihalyi.
Generalmente implica volver a lo simple, jardinear, pintar, amasar, escribir, bailar, cocinar, patinar, maestrear, nadar, construir, tejer, practicar yoga, tocar un instrumento, leer, cantar, armar puzzles, estar en contacto con la naturaleza, etc.…
Otras veces, resultan ser intereses más sofisticados relacionados a las expresiones del arte y la cultura. O quizás, del mundo espiritual, rezar, meditar, astrología, etc.
Sea cual sea, eso da igual. ¡Son todos bienvenidos! Depende de cada persona y ¡en gustos no hay nada escrito!
¿Cuáles son los beneficios de “fluir”?
Cuando hacemos algo que nos apasiona, suceden varias cosas. En primer lugar, al estar inmersos en esa acción, el tiempo se paraliza. Son momentos de total involucramiento, en que sentimos que literalmente “el tiempo se pasó volando”.
Entramos en otra dimensión, que es atemporal. Nos permite concentrar toda la atención en esa experiencia, abstraernos del pasado y del futuro, disfrutando de las sensaciones del momento y así, habitar el presente, ya que es como si la mente se pusiera en modo avión y despegara hacia un estado mágico.
De esta manera, generamos un resultado muy beneficioso para nuestra salud física y mental: un reseteo mental y un shot de energía.
En segundo lugar, al momento de fluir, conectamos con nuestros sentidos y nuestra creatividad, aspecto que se estimula bastante en la niñez pero que, lamentablemente, se va perdiendo a lo largo de la vida.
El realizar algo que nos resulta agradable, por medio de la exploración de los sentidos, provoca sensaciones corporales placenteras y gatilla emociones como la alegría, la tranquilidad, el optimismo y la satisfacción, llevándonos a secretar rápidamente las hormonas de la felicidad.
Entonces, en tercer y último lugar, al fluir podemos encontrar fácilmente la felicidad. Fluir en algo que nos apasione, no es más que cultivar el amor propio y encontrar la armonía. Es estar con nosotros(as) mismos(as), dejar de lado las preocupaciones y tratarnos como si fuésemos nuestra(o) mejor amiga(o).
Sin duda que el autocuidado implica dedicar tiempo a fluir, sin embargo, muchas veces es incompatible con el estilo de vida moderno que llevamos.
No obstante, si hablamos de bienestar, existen aspectos mucho más básicos y esenciales del autocuidado, que obviamente influyen en nuestra salud, ánimo y bienestar.
¿Cuanta importancia realmente le damos al dormir bien y las horas necesarias?
¿Aplicamos las recomendaciones sobre higiene del sueño?
¿Nos preguntamos cómo nos alimentamos y qué tipo de bencina le ponemos a nuestro
organismo?
¿Será la más adecuada para mí biotipo o hace años que vivo con problemas gastrointestinales, pero ya me acostumbré? ¿Consumo un exceso de alimentos ultra procesados?
Sabemos que estamos compuestos por un alto % de agua y que necesitamos mantenernos hidratados…pero ¿tomamos realmente la cantidad de agua que deberíamos?
Escuchamos por todas partes la importancia del movimiento, liberar endorfinas, masa muscular, etc. ¿Pero lo hacemos frecuentemente? ¿Has probado algo que te divierta sin estar pensando que es una obligación? (lo que derivará directamente en desmotivación y abandono).
Sin duda que todo lo anterior incide en la salud, calidad de vida, bienestar y felicidad, pero aun siendo algo sumamente conocido, en general, NO cuidamos de nosotros (as) mismos (as) y nos provocamos voluntariamente nuestros propios males.
Es por eso que muchas personas buscan ayuda cuando la situación ya es insostenible y el cuerpo/mente piden a gritos ¡Auxilio, sálvenme por favor! Complejicemos un poquito más la situación, considerando que aquí podemos encontrar las respuestas: el mundo de la Salud Mental.
Los traumas del pasado, las heridas de niño(a) no sanadas, autoconocimiento, amor propio y las relaciones que construimos en base a todo lo anterior. ¿Lo vemos? ¿Somos capaces de asumir que tenemos temas no resueltos y que nos pueden enfermar?
¿Cómo está nuestra salud mental?
¿Estamos convencidos de que nada nos resulta? ¿Andamos por la vida enrabiados, tristes o llenos de miedos sin saber por qué?
Y los pensamientos… ¿Cómo son esos diálogos internos? ¿Nos valoramos? ¿Nos damos ánimo o nos boicoteamos constantemente?
Habitamos tiempos de conexión, emociones fluctuantes y mayor reflexión, cuestionarnos todo es parte de lo que vivimos en la actualidad y deja entrever una gran oportunidad.
Lo principal es mirarse, sabemos que los pensamientos van de la mano con el sentir y que las emociones, por su parte, liberan hormonas que nos mantendrán en una sensación de mayor bienestar o, por el contrario, bajo los efectos nefastos del estrés.
Hacernos conscientes de todo esto y tomar la decisión de querernos, requiere pensar en todos los componentes del autocuidado que inciden en el anhelado bienestar. “Independiente del contexto, siempre se puede evolucionar, solo depende de ti”.
Al respecto, te dejaré algunos tips:
1.- El primer paso es reconocer que necesitas y estás decidido (a) a aumentar tu bienestar. ¡Jamás te victimices! Nadie es responsable de tu situación, transfórmalo en una oportunidad. Sólo tú puedes decidir dar el paso.
2.- Revisa los hábitos básicos de autocuidado (sueño, alimentación, hidratación y ejercicio).
3.- Escribe una lista de los que necesitas mejorar y cómo lo harás concretamente. Identifica metas concretas y plazos graduales en cada ítem.
4.- Escribe una lista de los intereses que te hacen fluir y estar en el presente. Incluye al menos uno en el tiempo que dispones semanalmente.
5.- Invierte tiempo en buenas conversaciones.
6.- Recuerda momentos dónde te hayas sentido feliz, repítelos más seguido.
7.- Ayuda a alguien frecuentemente e identifica la emoción que te produce.
8.- Identifica a quienes quieres lejos de tu vida y poco a poco anda distanciándote de esas personas ¡eso también cuenta como autocuidado!
9.- Reconoce quiénes y qué situaciones te hacen reír. Genera más de estas instancias.
10.- Revisa tus pensamientos diarios: regístralos y define si en su mayoría son positivos o negativos.
Si tus pensamientos son principalmente negativos; se basan en el pasado; se enfocan en el futuro; suelen gatillar angustia, miedo o tristeza, es hora de salir de ahí.
Anímate a tomar una terapia online con el objetivo de evolucionar. Comenzarás un proceso de autodescubrimiento y transformación, en el cual comprenderás qué te sucede, cuáles son tus creencias limitantes, de dónde vienen y cómo cambiarlas. Aprenderás a manejar tus pensamientos, calmar tus ansiedades (del pasado o del futuro), incorporar hábitos saludables, cultivar las emociones positivas, autoestima y sensación de bienestar.
Sólo tienes esta vida y sólo te tienes a ti mismo (a). Si deseas cuidar a quienes amas y mejorar tus relaciones, debes empezar por ti.