Entre el amor y el apego existe una línea muy delgada que cualquiera podría llegar a cruzar. Cuando hablamos de dependencia emocional, nos referimos a vínculos en los cuales las personas necesitan del otro.
La sociedad ha estigmatizado al apego como un escudo que protege al amor de todos los problemas, pero ¿qué puede ocurrir cuando la situación se escapa de las manos?
Te invitamos a leer todo lo desvelado por nuestra psicóloga Liliana Cascales, experta en fobias, traumas y sufrimiento.
Tabla de contenido
Orígenes y mitos: ¿De qué se trata la dependencia emocional?
La dependencia emocional o apego patológico es un patrón que se presenta cuando dentro de una relación amorosa existe el temor de la separación de los integrantes de la pareja.
Es importante destacar que cuando se han establecido lazos afectivos muy fuertes, cualquier sensación de conflicto se puede convertir en un generador directo de ansiedad.
Esta patología ocurre cuando la persona necesita llenar muchos vacíos afectivos, requiriendo que otro la satisfaga y destacando el papel de su pareja como un protagonista indispensable para su vida.
El origen de todo esto pudo haber tenido lugar en la infancia. La idealización de la pareja perfecta aparece gracias a muchas películas de Disney, las cuales nos han trasladado a un mundo fuera de la realidad en donde la mujer es rescatada por un “príncipe azul” que llega para resolver todos los problemas.
Entonces crecemos con la idea errónea de que necesitamos a alguien para sentirnos completos por el resto de nuestra vida, indiferentemente de su identidad sexual. Dicho mito se traduce como un comodín de salvación.
Señales de alerta
Una relación deja de ser saludable cuando alguno de los integrantes siente, en exceso, temor de que el vínculo se termine. Este tipo de personas suelen presentar una carencia afectiva y sienten que deben llenar ese vacío con su pareja, haciendo todo lo posible por cubrir esa necesidad del otro.
El tema de la soledad es mayor que la conciencia de estar acompañado a la fuerza. La persona no puede ocuparse de sus temas personales, tiene baja autoestima y siempre necesita la aprobación de su “otra mitad”.
El sentimiento de vacío persiste, además del sufrimiento y el miedo al abandono .
Características de una persona con dependencia emocional
Este tipo de relaciones terminan siendo vinculadas con características autodestructivas, ansiosas y frustradas. La persona dependiente es manipuladora, extremadamente complaciente, reiterada, idealizada y, en ocasiones, dañina.
Consecuencias
Ansiedad de no ser amado o amada
La persona es capaz de tolerar cualquier tipo de comportamiento de parte de su pareja, con tal de no quedarse sola.
Negatividad
Se hace casi imposible estar bien. La dependencia emocional le impide al individuo resolver alguna situación y tener pensamientos positivos.
No puede establecer otro vínculo diferente al de su pareja. El individuo es incapaz de establecer alguna amistad o relación diferente; tampoco se involucra en actividades sociales o laborales, solo vive para complacer a la persona amada.
Sentimiento de inferioridad
El ser dependiente es sumiso, no contradice y obedece todo lo que dice su pareja, ya que para ella es omnipotente y superior.
¿Cuándo será el momento para pedir ayuda?
Si presentas alguno de los síntomas mencionados en este artículo mantén la calma. Recuerda que un diagnóstico solo puede ser determinado por un profesional de la psicología.
Sin embargo, se puede considerar asistir a terapia cuando abunde la ansiedad, el sufrimiento y el estado de alerta constante por miedo a que el otro te deje.
Aunque a veces se hace difícil de notar, es necesario que podamos permitirnos el espacio para descubrir por qué sentimos ese vacío cuando no está la otra persona.
Debemos encontrarnos con nosotros mismos y poder descubrir qué podemos hacer, qué podemos tapar y dejar de lado en nuestra vida, porque somos seres independientes, seres en libertad y no estamos obligados a permanecer al lado de algo, o alguien, para poder vivir.