El sueño de ser madre.

Hace algunos años una paciente me decía: “Sueño con tener mi familia, esa que de niña dibujaba”. Lo que ella más anhelaba era ser madre. No le importaba la edad en la que lo iba a concretar, ni la forma como lo iba a lograr. No podía frenar ese deseo que la acompañaba desde su más tierna infancia.

Visto de esta forma, podría parecer un capricho, pero no lo era. Recuerdo que ella lloraba de alegría cuando me contó que estaba embarazada y todos los años que le costó lograrlo.

Como esta historia podría contarles muchas más.

Hoy en día, con los nuevos métodos que hay, la posibilidad de lograr un embarazo se hace mucho más tangible.

Diferentes tipos de maternidades.

Los avances científicos y los cambios socioculturales permiten que una mujer pueda ser madre sin importar la edad, o si tiene pareja o no. Hoy se puedes ser madre sola.

Desde el punto de vista psicológico hay que acompañar a estas mujeres y detectar si efectivamente solo es un capricho o si están bien paradas en la vida ya que las emociones en ese momento pasan a ser una montaña rusa. Detectar si hay un lugar mental para alojar a ese hijo por nacer.

Desde lo psíquico investimos al niño desde antes de nacer. Lo pensamos, lo imaginamos, le hablamos.Pero cuando hablo de montaña rusa de emociones me refiero a todos los cuestionamientos que una mujer se hace a pesar de sus deseos.

Preguntas como por ejemplo, si va a poder ser una buena madre, si va a poder con la crianza y la casa, el trabajo etc.

Muchas mujeres logran su embarazo en un primer momento, otras no, pero tienen la felicidad plena de no haberse rendido y de volver a intentarlo.

Hay un alto impacto psíquico en juego, hoy en día las mujeres conocen más su cuerpo y sus deseos y dan la pelea que tengan que dar para cumplirlos.

Hay batallas contra el reloj biológico, y si hay tratamientos por infertilidad de por medio -un área en la que trabajo hace años- la parte económica también será un tema importante.

He acompañado a muchas mujeres que lucharon por su deseo sufriendo tratamientos con fracasos y frustraciones.

Aconsejo por experiencia no dejar de intentarlo. no bajar los brazos. Cuando la maternidad llega, solo con el nacimiento se compensa el tiempo de espera para cada una.

Madres hay muchas: adoptivas, solas por elección, o las que se completan con una persona amada. Todas ellas cumplen “la función materna” de la mejor manera que pueden.

Las mujeres hoy en día son mucho más vitales: hacen deporte, trabajan en casa de forma remota, muchas veces con los hijos arriba de su falda. Redescubren su sexualidad y en general muchas buscan ayuda psicológica para manejar sus emociones.

Son llamadas también “madres pulpos” en alusión a la cantidad de brazos que inventan para atajar todo tipo de situación que se presente.

Maternidad en la madurez.

No nos olvidemos que hay primerizas a los 40 años y a los 50 también. Tener experiencia y estar estable emocionalmente, desafía cualquier tiempo de juventud. Pensar que podrían haber sido madres más jóvenes, es casi lo que más se asemeja a un mandato familiar. Pero hoy en día esto ya prácticamente no entra en juego.

Ser mujer y haber cumplido con el deseo de ser madre en el momento que llega es la felicidad más grande a la que podemos tener. Acompañar a los hijos en su crecimiento hace olvidar las frustraciones por las que algunas mujeres pasaron para disfrutar hoy de esa familia tan ansiada.

Este domingo muchas de ellas podrán alzar la vista, mirar a sus hijos de frente y sentirse poderosas por haberlo logrado, olvidando la frustración del momento en el que el bebé no llegaba y nuestra alma lloraba.

Nuestros hijos son el tesoro más grande que podemos tener y nada nos ilumina más que el sol de sus sonrisas.

¡Felicidades a todas las madres que han luchado por serlo!