De la mano de una serie de fotos que a primera vista parecen ser parte de un post cotidiano de redes sociales, la ONG británica CALM lanzó una campaña denominada “The last photo” o “La última foto”. Esta impactante iniciativa busca visibilizar el suicidio, y que no todo es cómo parece, muchas veces, no sabemos qué está pasando en la vida de nuestros cercanos, incluso cuando se trata de pensamientos suicidas. De la mano de la psicología, hoy analizamos esta llamativa acción y qué debemos tener en cuenta para empezar a eliminar el estereotipo social de una persona con tendencias suicidas.
CALM o Campaign Against Living Miserably (Campaña contra vivir de forma miserable) publicó en su sitio web una serie de videos e imágenes que fueron el último registro de personas que se quitaron su vida.
Eso probablemente despierte en muchos un interés mayor por hacer clic en otro sitio que tener que ver “fotos tristes”. Sin embargo, lo que este video y esta campaña quieren que sepas, es que las ideas suicidas no siempre se ven como lo que imaginamos es una persona con tendencias suicidas. Y cualquier persona cerca nuestro podría estar pasando por algo así, sin que sepamos.
¿Momentos felices ≠ tendencias suicidas?
Si bien el suicidio alcanza cifras alarmantes a nivel mundial, sigue existiendo un preocupante estigma al respecto, tratándolo como algo de lo que no se habla, rodeado de prejuicios. Y, lo que es más alarmante aún, es que se ve como algo que sólo podría afectar a personas alta y abiertamente deprimidas y, en cualquier caso, como algo muy ajeno a uno o a nuestro círculo cercano.
Sin embargo, y de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el estudio Global Burden of Disease, cada año aproximadamente 800.000 personas mueren por suicidio. Es por esto que la campaña de CALM busca visibilizar que alguien con tendencias suicidas se puede ver, en cierta forma, tan “normal” como cualquier otra persona. Algo que muchas veces olvidamos, especialmente cuando se trata de personas que consideramos “exitosas”.
La psicóloga de Psyalive, Ximena Mendoza Salazar nos explica que “hay unos estereotipos de felicidad y se piensa que una persona que ríe, que tiene muchos bienes o que está rodeado de gente, sin que necesariamente sean personas que le acompañen realmente, ya es una persona blindada contra la tristeza o las ideas de muerte”.
Sin embargo, esto está lejos de ser una regla, ya que tanto la depresión como las tendencias suicidas son malestares que le pueden pasar a cualquier persona y en cualquier momento de su vida.
Recordemos que, cuando hablamos de depresión, tampoco podemos encasillar a todos los casos en un estereotipo físico con una apariencia o acciones específicas, porque las señales no siempre se expresarán de la misma forma.
La psicóloga Ximena Mendoza Salazar, argumenta que “se ha asociado el suicidio con la depresión y la depresión con un estado de ánimo en que nunca sale una sonrisa. Vivimos en una sociedad en la que muchas veces se estigmatiza el llanto y se tiene por débil al que tiene el valor de expresar sus emociones. En este contexto, personas tristes, con depresión e ideación suicida, prefieren ponerse la máscara de la sonrisa a fin de no perder la aprobación que puedan tener o por temor a ser tenidos por débiles mientras van cargando solos con pesos que tal vez solo ellos son capaces de soportar”.
Por ello, no podemos olvidar que lo que se ve a simple vista o por medio de redes sociales no es siempre igual a la realidad. Y, cualquiera de nuestros seres queridos o conocidos podría estar cargando con mucho más de lo que sabemos.
¿Cómo puedo ayudar a evitar el suicidio?
Si bien la campaña de CALM es un buen puntapié para aportar al acompañamiento emocional y la prevención del suicidio, todos los países de Latinoamérica cuentan con teléfonos de emergencia y líneas de apoyo para personas con ideas suicidas, así como para nuestros seres queridos.
A su vez, si queremos estar más atentos a algún indicio que pueda parecer preocupante, debemos empezar por eliminar los prejuicios que existen alrededor del suicidio. Nuestros expertos nos dejan 4 verdades a tener en cuenta:
- No es para llamar la atención
“Cuando una persona expresa abiertamente sus intenciones, no debe tomarse como una amenaza o una forma de llamar la atención. Por el contrario, es una gran oportunidad para escuchar esta solicitud de ayuda que podría prevenir la muerte de un ser querido.”
- Todos necesitamos de una red de apoyo
“Sumado a los valores propuestos por Frankl para encontrar sentido en la vida, tiene gran relevancia fortalecer las relaciones interpersonales (…) Cuando existen relaciones sólidas, hay confianza, respaldo, escucha y empatía, entre otras, que le generan tranquilidad a la persona y ante un problema sabe que puede ser escuchada y esto le permite desahogarse y posiblemente ver otras alternativas a su vicisitud.
Siempre habrá que poner cuidado a una persona que exprese de manera explícita el deseo más que de morir, de matarse, y revisar que tan estructurado se encuentra el plan”.
- El suicidio no siempre viene con un plan elaborado
“Personas que no tienen planes estructurados podrían cometer suicidio en circunstancias particulares de consumo de alcohol o algunas sustancias psicoactivas, si presentan psicosis o cuadros avanzado de ansiedad. Ya que en estos momentos no se presenta de igual forma el control de impulsos, por lo que impulsado por la circunstancia del momento, una persona que no tenga un plan elaborado podría llegar a la consumación o un intento de suicidio”, explica la psicóloga Ximena Mendoza.
- Entre bromas sale la verdad
“El humor es una de las formas a través de las cuales en ocasiones expresamos aquello que no nos atrevemos a decir de manera abierta. Chistes o bromas sobre la posibilidad de morir podrían ser solo un momento de esparcimiento, pero también podrían dar cuenta de pensamientos que se han venido formando, e incluso podrían ser una forma de pedir ayuda.”