Cuántos de nosotros hemos escuchado que algún familiar, amigo, etc., quiere emprender algún proyecto que ha pensado en realizar; pero, no sabe cómo. Muchas personas lo hacen por necesidad, otros por gusto, en fin. Por la situación que sea, todos hemos pensado, como mínimo, en llevarlo a cabo.
La mayoría se queda en el intento; el resto, lo abandona por falta de recursos económicos, por problemas que surgen en el “camino”, etc. Pero, muy pocos tienen éxito a lo largo de la vida, con adversidades, deserciones, etc.; sin embargo, continúa.
El presente escrito va dirigido a las personas que tienen la inquietud de llevar a cabo un emprendimiento; buscando entregar una explicación en forma general de qué se debe considerar como mentalidad para empezar el emprendimiento; el cómo “soportar los obstáculos psicológicos y emocionales que te encontrarás, el agotamiento que tendrás al realizar tu negocio y cómo mantenerte motivado durante todos estos “sube y bajas”.
Para empezar, debemos considerar que una persona que emprende, debe mantener el concepto de su idea bien claro. Por ejemplo: “quiero vender dulces, en específico chicles”; de ahí, se tiene que informar respecto de qué tipo de producto y la calidad que hay en el mercado, para saber a qué público se va a dirigir (“chicles con cero azúcar, saborizantes naturales, etc.)
A continuación, deberá identificar posibles puntos de ventas y el abordaje a los candidatos para que consuman el producto, considerando que tiene que llevar el producto, para brindar una prueba.
Saber negociar con tus consumidores es un punto primordial. Muchas personas están acostumbradas a probar el “producto regalado” solo para que, una vez se lo termine, simplemente rechace el producto; haciendo que el emprendedor se desmoralice por el esfuerzo “perdido”. Y es aquí, dónde encontramos lo más relevante de los negocios y de tener éxito como emprendedor
Los principios.
Como en muchos negocios, es recomendable no mencionar a nadie de tu emprendimiento por si acaso pudieran robar tú idea, generando conflictos innecesarios. Además, todos hemos escuchado el “nunca, hagas tu negocio con familiares, amigos, etc.”. Estas instancias pueden generar rivalidad por comentarios adversos (chismes), dividiré las relaciones por muchas cosas más, etc.
En los negocios, debes de tomar en cuenta hay una ley como en la naturaleza: “¡el más fuerte sobrevive!”. Esto no quiere decir que vas a pelear con todo el mundo; al contrario, debes de mantener la vista hacia un horizonte y preguntarte: ¿qué debo de hacer yo para lograrlo? Ejemplo: si tu presentación es clara y tu producto es bueno (artículo y/o servicio) es eficiente y eficaz, aunque haya personas que te quieran fuera del mercado, ¡la gente te va a buscar igual!
Los valores.
La gratitud es el primer valor que quiero que recuerdes. Esto significa que debes de dar las gracias todos los días por el conocimiento y la experiencia que te dejan las personas a quienes brindas el servicio y/o producto. Es decir, lo bueno y lo malo, cómo resultado.
La generosidad; No debemos perder de vista la ardua labor del emprendimiento y retribuir el esfuerzo de tus colaboradores (trabajadores), porque gracias a ellos puedes mantener activo el emprendimiento que quieres. Sé sencillo y modesto, no pedante, ni presumido; recuerda que desde un inicio debes de mantener la idea, que en algún momento te puedes retirar y que tu negocio continuará funcionando, cómo si estuvieras con ellos presente.
El dejar un buen legado es cómo enseñas a realizar desde el trabajo más sencillo hasta el más arduo de tu negocio. En este valor, hay una regla de oro que, si te la aplicas primero a tu vida, cómo emprendedor, todo tu equipo de colaboradores lo hará: “trata a los demás, cómo quieres que te traten”. Es decir, “predica con el ejemplo”, como decían mis abuelas.
La humildad “nunca debe de perder el piso”, siempre me dijo mi primer jefe laboral. Es decir, si en tu negocio, a lo largo del tiempo, próspera, será una obligación retribuir a tus colaboradores y sus familias con los frutos de tus ganancias tus y sus esfuerzos. Así como a la población vulnerable se debe enseñar y apoyar a emprender sus propios sueños. ¡Para crear momentos de prosperidad, se debe de comprometer a formar personas de bienestar! (Hay que generar lugares de formación personal y laboral).
Otro de los aspectos relevantes, ante el emprendimiento, es mantener la atención y el interés por producir mejoras continuas. Hay que comulgar siempre en la forma de percibir el trabajo. Si este no se considera así, se perderá el gusto por prosperar en lo que se lleve a cabo y se caerá en lo que se conoce como:
El agotamiento.
Se debe mantener bajo el ruido mental del equipo y abrir las oportunidades laborales en el desarrollo de los colaboradores. En dónde se practique mayor calidad humana, del servicio y del producto, es donde se verá más prosperidad
Recuerde tomar en cuenta la opinión laboral de los colaboradores, notar sus actividades realizadas día con día en el negocio y revisar cómo optimizar los recursos (tiempos, ritmos y costos).
Para llegar a ser el número uno en los negocios se debe de tomar en serio la preparación académica de cada uno de los colaboradores. Es recomendable generar alianzas con instituciones educativas públicas y/o privadas, para que se fortalezca el conocimiento de sus actividades laborales. Esto promueve acrecentar ambientes de bienestar en cada equipo de colaboradores, bajar el índice de absentismo, rotación del personal y disminución, factor de riesgo de accidente o conflicto laboral.
Finalmente, quiero recalcar que, desde el emprendedor hasta sus colaboradores, todos deben de buscar siempre seguir la “pasión por la excelencia”. Y con esto me refiero a que no debe tener miedo a equivocarse cómo persona; todo es aprendizaje. Es decir, si enseñamos a los demás que vale la pena, conjuntar esfuerzos como la sinergia de un río; en dónde, empieza como nacimiento y culmina en un océano de posibilidades, para mejorar la calidad de vida y laboral, y trascender en futuras generaciones, dejamos un gran legado a la humanidad.
Y, por último, cómo la psicopedagogía dice: “hay que educar al educando”; es decir, que para emprender algo, hay que “predicar con el ejemplo” (cómo decían mis abuelas), la buena educación y cultura laboral. Crear líderes con actitud y aptitud positiva incondicional; tanto desde los colaboradores cómo hacia los potenciales consumidores de su producto y/o servicio.
Culminemos con una frase personal: “¡Haz de tu Vida, una Virtud!”.