Aprende a evitar los pensamientos negativos
“Soy de lo peor, qué tontería hice, ¿por qué siempre me pasa a mí?” Son expresiones que soltamos cuando algo no nos sale bien. ¡Cuidado! Repetir estas frases puede traernos consecuencias.
Cuando en el lenguaje coloquial las personas se expresan de esta manera, no se dan cuenta que en el fondo es una expresión que manifiesta un sufrimiento profundo del ser, como efecto de una desvalorización personal.
Entonces, ¿por qué se repiten? ¿Cómo afectan? ¿Qué se debe hacer para detener esta auto desvalorización?
4 secretos para evitar los pensamientos negativos.
1. Valorizarte
Conocida también como autoestima, es la capacidad que tienen las personas de reconocer sus habilidades personales, saber aceptarlas y amarlas. Así mismo, reconocer y aceptar aquellas habilidades que se tienen que mejorar.
Sucede que muchas veces somos demasiado exigentes con nosotros mismos y podemos perder la ruta en el proceso de conseguir nuestros objetivos. Entonces, cuando algo no nos sale bien, nos auto calificamos y pensamos frases que no son generosas y que son una gran equivocación, pues quedan grabadas en nuestro cerebro. Si no corregimos esa mala práctica, podríamos sostenerla a lo largo de nuestra vida y estar desorientando nuestra hoja de ruta.
2. Aceptación personal y elección de nuestros pensamientos
Amémonos. Así tal cual somos, somos maravillosos. De la misma manera como cuidamos nuestra apariencia exterior, debemos cuidar mucho más lo que hay en nuestros pensamientos ya que estos impactan en nuestra formación como personas y profesionales. Los malos pensamientos están asociados a nuestras emociones negativas y siempre van a limitar nuestras acciones.
En muchas ocasiones paralizan nuestra vida y no nos permiten seguir avanzando. Por ello, no se deben expresar a la ligera, sino identificarlos, calificarlos y asociarlos a esas emociones que los generaron. De esta manera, habremos dado un gran paso para detener estos pensamientos y eliminarlos de nuestro camino.
3. Aprovechar nuestros talentos
Destaquemos nuestras habilidades innatas, saquémosle brillo a lo bueno que hay en nosotros, démonos el regalo de disfrutar y aprovechar nuestros talentos para aprender a vivir con pasión nuestra profesión.
Seamos flexibles, pongamos foco y tomemos acción en potenciar aquellas habilidades que debemos desarrollar y que son indispensables para cumplir nuestros ideales y objetivos, pero eso sí, sin auto exigirnos, dejemos que fluyan aquellas que aprendimos y empezamos a gozar, así mismo, dejemos de lado las que no nos suman y causan barreras en nuestra vida.
4. Adaptarnos al cambio
Aprendamos a canalizar nuestras frustraciones y adaptémonos a nuevas situaciones. Aceptemos nuestros errores con un propósito de mejora personal, de crecimiento y no de vergüenza o auto condenación. Durante siglos el error fue juzgado y castigado y es lo que heredamos de anteriores generaciones.
La era actual pondera el error como el camino al desarrollo personal, como una oportunidad de aprendizaje responsable y de innovación. Entonces, seamos los gestores del cambio en nuestra vida misma, que el error se convierta en el trampolín para seguir descubriendo y desarrollando nuestras capacidades y lograr obtener los resultados que nos hemos propuesto.
Finalmente, relacionémonos con las personas de nuestro entorno, tengamos empatía y aprendamos a aceptar a las personas como son, sin juzgarlas y tratando de identificar las buenas habilidades que hay en ellas para juntos sumar, seguir sacándonos brillo y construir en comunidad.