Los nuevos cambios que afectan el comportamiento
Los cambios están sucediendo de forma rápida en la vida de las personas cuando el asunto se refiere al impacto de las redes sociales en la vida del ser humano. El acceso facilitado de la comunicación y la socialización trae consecuencias diversas en el comportamiento humano. Y a partir de esa interacción virtual, diversas nuevas categorías, conceptos y percepciones vienen disponiendo.
En este contexto, de tiempos de acelerada transformación, uno de los mayores desafíos que viene enfrentando al profesional de Psicología; es la elucidación de cómo el comportamiento y las relaciones se han establecido en ese escenario, y cuáles son las consecuencias de esa dinámica para la salud emocional de las personas.
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El concepto de burbuja
A partir del análisis de ese cuadro y de sus características fundamentales, se desarrolló, en el medio académico, el concepto de “burbuja”, esferas demarcadas de experiencia que, en el ámbito virtual, asumen un realismo bastante particular. Tenemos la burbuja personal, burbujas sociales de cuño ideológico, político, mercadológico, religioso y otros.
Burbuja personal y social
La burbuja personal se refiere a lo que está vinculado a los gustos, pensamientos, amigos, acciones de una sola persona; que realiza la divulgación, por diversas formas, en las redes sociales e Internet. En general, se plantean aspectos positivos, imaginarios o no, relacionados con la vida de aquel individuo.
Las burbujas sociales son grupos de personas que tienen los mismos objetivos, es decir, comparten en las redes sociales posición o percepción que les son comunes y que les parecen útiles o agradables.
En ella se difunden muchos contenidos informativos, incluyendo las llamadas fake news, y rastreados comportamientos para identificar gustos y preferencias con fines comerciales.
El efecto positivo de estas interacciones, además de posibilitar el acceso rápido a los temas del interés de cada uno; y el compartir los pensamientos, experiencias y opiniones de los integrantes del grupo, es facilitar nuevos vínculos sociales.
Su efecto negativo, sin embargo, es estimular la intolerancia con ideas o comportamientos contrarios o diferentes de los allí defendidos y estimulados; resultando en pérdida de empatía y, consecuentemente, mayor animosidad entre grupos de opinión.
En ese contexto, siempre es bueno estar atentos a nuestros estados emocionales en esas interacciones, evitando conexiones virtuales tóxicas y buscando aquellas favorables a nuestro bienestar y salud mental.