El bienestar es fundamental a lo largo de nuestra vida. Y, en gran medida, lo que la salud emocional nos permite lograr identificar es un estado de bienestar o, como también lo denomino, la “Armonía de la vida”. Aquí presento 5 prácticas que nos ayudan a cuidar de nuestra salud emocional.
La vida tiende a la imperfección. Y es que inevitablemente vivimos de manera constante diferentes situaciones y momentos que generan reacciones emocionales y que incluso nos pueden llevar a aquejarnos de estados o enfermedades de la salud mental.
Si comenzamos por definir qué es la salud emocional, nos encontramos con dos conceptos. Primero, salud, que nos refiere “un estado de bienestar o de equilibrio que puede ser visto a nivel subjetivo o a nivel objetivo”. Y, por otro, las emociones “como reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación del individuo cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso o recuerdo importante”. Es decir, estar sin enfermedad, adaptarnos a las diferentes situaciones y nuestras acciones nos permitan este estado de Bienestar Emocional.
Y, entonces, ¿cómo puedo cuidar mi salud emocional?
Si ya estás en conexión con tu propio autocuidado emocional, debes entender que nuestra adaptación se da en un ambiente, por tanto, es fundamental identifiques claramente como te sientes en los diferentes lugares y situaciones de tu día a día. Esto también incluye con quienes interactúas y como percibes y afrontas las situaciones. Inevitablemente, tenemos sesgos y filtros que afectan de manera positiva o negativa nuestra lectura de la situación, y finalmente, cómo gestionó mis emociones. Y ahí se encuentra precisamente la llave mágica del porqué frente a una misma situación dos personas reaccionan de forma tan diferente.
Volvamos al proceso de identificar que las emociones son reacciones; y estas reacciones están directamente relacionadas con hormonas, neurotransmisores, aprendizajes, estilos de afrontamiento, creencias, expectativas e ideas. Son diferentes en cada persona, y permite identificar así un estado de bienestar.
Te preguntarás, ¿qué puede hacer la psicología al respecto? La respuesta es mucho. Realmente vivimos en un mundo de rapidez, de cambios en las estructuras familiares y de constante adaptación a los cambios, y es allí como desde la terapia puede fortalecer los factores protectores psicosociales que te permitan reconocer que acciones y elecciones a realizar.
Dentro de los principales reguladores emocionales están las hormonas como la: Oxitocina, Serotonina, Dopamina y Endorfinas. Por otra parte, nuestro sistema nervioso central y periférico también es fundamental en la manera como reaccionamos y cómo identificamos los estímulos para tomar acción. Y, finalmente, pero no por eso menos importante, tenemos nuestra amígdala que, aunque hace parte de nuestro sistema nervioso, cumple una misión fundamental que va más allá de solo nuestras reacciones emocionales como, por ejemplo, el desarrollo.
Por consiguiente, alteraciones en alguna de ellas genera alteración a la salud mental y emocional, desde una fatiga emocional hasta una alteración profunda al estado de ánimo y otras.
La psicoterapia, como tratar las alteraciones o molestias emocionales, permite al paciente reconocer y elegir las acciones, pensamientos y acciones que permiten equilibrar y tratar la razón de ellas desde la profundidad de la raíz. Por esta razón, los beneficios de la terapia, permiten a la persona comprender y reconocer la afectación de la salud emocional.
Puedes cuidar tu salud emocional y evitar alteraciones, aplicando las siguientes 5 prácticas en tu vida:
Dormir
El sueño reparador lleva al descanso. Esto le permite al sistema nervioso restablecerse y estar en las mejores condiciones día a día. Así mismo, permite a todos los sistemas del cuerpo regularse, lo que favorece la forma de percibir y actuar en cada situación, y disminuye la irritabilidad.
Alimentación consiente y saludable
Permite al cuerpo nutrirse proveyendo al organismo de las vitaminas necesarias para realizar las acciones diarias. Por otra parte, alimentos con triptófano, la teobromina, la fenilalanina, la tirosina, las vitaminas del grupo B y C, los ácidos grasos, Omega-3, el magnesio, el hierro, el fósforo, el selenio, el litio, el zinc o la capsaicina; como los chocolates (cacao), pescado, aceite de oliva o fuentes de omega-3 y 6, plátano, legumbres, frutos y granos secos como garbanzo y nuez, entre otros; tomate, aguacate y picantes, son muy buena fuente de nutrición.
Mover tu cuerpo/ejercitarse
La actividad física de manera permanente permite quemar calorías, oxigenar el cuerpo y regular las funciones de los diferentes sistemas de cuerpo, como el digestivo, sanguíneo y hormonal. Además, favorece la estructura osteomuscular y evita los dolores, recuerda este ejercicio puede ser gradual y a resistencia del cuerpo.
Respirar
La respiración consciente permite a la persona oxigenar el cuerpo y fortalecer las reacciones bioquímicas para el cuerpo, y esto, mejora la forma de pensar y la regulación del cuerpo.
Gestionar las Emociones
Reconocer tus emociones y las reacciones emocionales te permite establecer las causas y posibles consecuencias de las acciones. Además, permite establecer empatía y simpatía necesaria para el relacionamiento social y sentido de desarrollo y felicidad personal.
¡En hora buena! Tomar acción y poner en práctica estas recomendaciones sin duda traerá factores protectores para tu salud emocional.
