Esta semana, muchas personas se encuentran en aislamiento por contingencias del COVID-19, algunas de ellas en compañía, y otras no. En la mayoría de las situaciones, es probable que se haya presentado la baja de planes en conjunto con seres queridos, para los festejos navideños o de fin de año. 

Surge entonces la pregunta: ¿Qué hacer para pasar estas fiestas? ¿Qué sentimientos se despiertan tras elaborar esta idea? Y allí aparece la particularidad de nuestras subjetividades en la que cada quién irá procesando a su manera, en función de cada contexto. 

Alguna de esas herramientas pueden ser: leer o buscar por internet ciertas estrategias. También construir colectivamente diversas propuestas, según las experiencias escuchadas o vividas. 

Es destacable considerar que las reacciones frente al aislamiento son múltiples y fluctuantes, al comienzo con dificultad en darle cierto orden. Recordar que este momento, es un periodo de quietud, que invita a transitar los días con una rutina poco usual a la cotidiana. 

El aumento significativo de tiempo libre, también conduce a explorar los tiempos personales, para impulsar dichas tareas. 

En cuanto a las manifestaciones emocionales y pensamientos respecto a la noticia del aislamiento, pueden surgir algunas emociones poco agradables. Sin embargo, no es así en todos los casos. Recordemos la importancia de nuestras particularidades.

Aparece también ciertos temores frente al posible contagio del virus, o la evolución de síntomas en vínculos conocidos. Sea cual sea tu situación, la creatividad es la ‘’carta comodín’’ frente a los modos de habitarnos en aislamiento.

Prever con anticipación ciertos productos, como alimentos, insumos personales, nos permitirá despreocuparnos de los mismos, para hacer foco en otras. 

Quizás sea el momento de preguntarnos: ¿Qué queremos ser y hacer cuando estamos en soledad? ¿Qué habilidades desconocidas se pueden hallar? Las instancias de introspección y silencio que podemos encontrar, incluso vivir con respeto los deseos del tan conocido “hacer nada”. 

Apelar también a las redes que sostienen, cada persona con sus posibilidades, ya sea mediante llamada, delivery, memes, audios eternos, lo que fuera. Y ya que este viernes es nochebuena, indagar de qué modo nos gustaría festejar de forma similar a lo que hubiéramos hecho presencialmente con nuestros vínculos afectivos. 

Contigo mismo, pregúntate ¿Qué me gustaría comer?, ¿Cómo decoraría mi mesa?, ¿Qué espacios debería preparar?, hasta incluso organizar una videollamada multitudinaria con quienes también están pasando las fiestas, de igual modo. 

El contacto virtual con otras personas en nuestra misma situación, podría facilitar otras variantes para enfrentar el suceso. Ser libre de crear, celebrando a solas. Seguramente haya muchas razones para brindar por ti este año, sin juzgarlas por alguna idea, ni por lo aún no conseguido. Un brindis por lo construido y por recorrer. 

Apuntar al registro de nuestro cuerpo y nuestras sensaciones, ya que puede aparecer el exceso, como consumo de bebidas alcohólicas, uso recurrente de dispositivos móviles, u otras actividades, con efectos poco saludables para nuestro organismo. 

Es un momento en el cual no hay control externo, entonces, un tiempo que posibilita re-aprender en aplicar nuestros propios límites. De todos modos, si los recursos aplicados para recorrer este aislamiento, son insuficiente para ti, reconocer que es una instancia posible, otras personas también se encuentran en la misma situación. 

Si eso sucede, efectuar la búsqueda de profesionales resulta una herramienta saludable, y no está mal que así suceda. En estas fechas se puede localizar agenda abierta de especialistas dispuestos a atender tu demanda. 

Nos interesa conocer de qué manera vivencian estos días festivos, invitando a dejar sus comentarios. Esta situación es momentánea y finita, posteriormente se podrá retornar al encuentro y las tareas habituales.
Lic. Visconti Florencia – M.P 10605 Psicóloga. Integrante del Equipo Psyalive Argentina