Hay personas que no pueden disfrutar cualquier ocasión que amerite una reunión familiar, y no siempre es fácil entender el por qué de esas reglas no escritas que nos hacen no querer ni arreglarnos para ir a ese evento. En casi todas las familias hay un primo borracho, una tía chismosa o algún otro miembro que nos pone los pelos de punta. ¿Pero qué pasa cuando ese pariente que de alguna manera no encaja es uno?, ¿cómo sobrevivimos esos roces sin que nos salgan canas verdes? Y, ¿por qué nos sentimos cómo la oveja negra de la familia?
Pensemos primero un poco en los motivos de ese estigma. ¿Siempre ha sido así o nació a partir de alguna situación en específico? Cualquiera que sea la respuesta a esto, debes saber que no es tu culpa. No naciste sabiendo lo que se esperaba de ti, ni puedes leer la mente de tu familia. Sin embargo, por alguna razón, existe un motivo por el cual no te sientes cómodo en familia, el que probablemente es resultado del deseo de alguien más respecto su necesidad de llenar un vacío que traen ellos.
No es justo ni agradable, pero esas personas la mayoría de las veces no se dan cuenta de que se están desquitando contigo. Creen que eso se espera de todos porque se los exigieron a ellos. La buena noticia es que, si ya eres la oveja negra es porque ya estás tratando de hacer lo necesario, que es poner límites.
Desde niños cargamos con una cantidad de responsabilidades ajenas de las que nadie nos habla. Por ejemplo, papá quiere un varón para ver el juego, mamá quiere una princesita perfecta, las tías quieren que te cases y tengas hijos para que no seas quedada como ellas, etc. Todas estas cosas parecen justas, hasta que uno crece y se da cuenta de que no puede hacer felices a todos al mismo tiempo. Esto genera tristezas, rechazos y resentimiento, lo que a su vez hace que uno no desee cumplir esos deseos a expensas de los suyos, y lo que hacemos para defendernos de esas demandas es por lo general lo que nos convierte en “ovejas negras”.
Aunque esto no sea algo malo, porque tampoco se ajusta a los valores familiares, algo tan simple como estudiar artes en una familia de médicos puede convertirse en todo un tema.
A veces puede complicarse arreglarlo en terapia, ya que uno mismo puede sentirse señalado como el culpable, lo mejor que puede hacerse es poner límites asertivos, que no sean producto del enojo en un mal momento. Debes tener presente que no vale la pena pasar toda la vida enojados con personas que ni siquiera entienden el daño que pueden estar causando, y que no saben cómo deberían reaccionar ante tu independencia. Hay que ser claro y coherente al explicar cómo nos afecta su conducta. Al final de cuentas, ser la oveja negra significa que no estás dispuesto a permitir que otros te digan cómo vivir tu vida y estás tratando de generar cambios.
Lorena Miranda, Psicóloga de Psyalive
Soy la Lic. Lorena Gómez, Psicoterapeuta. Mi forma de trabajo es por entrevistas presenciales o virtuales, para ayudarte a pensar y resolver los problemas que obstaculizan tu vida diaria. Soy de mente muy abierta y flexible con las tarifas para que no tengas que interrumpir tu proceso.Agenda tu sesión de terapia psicológica en línea