Uno de los principales motivos de consulta en psicología son los temas relacionados con la pareja, especialmente los quiebres amorosos.
Estos quiebres muchas veces nos dejan en el suelo anímicamente y con una alta carga emocional, ya sea porque nosotros decidimos terminar la relación o porque nos abandonaron. Cuando nos dejan y aquella persona que se fue, no tiene un mínimo de interés de seguir con la relación ni el contacto con nosotros, nuestro ego recibe un golpe fuerte.
El cerebro en un proceso de desajuste experimenta sensaciones de imposibilidad de reparo, permitiendo que salgan a la luz un arsenal de distorsiones cognitivas, causantes directas de sentimientos de indefensión que al cabo de un tiempo, si no se elaboran, se transforman en depresiones.
Lamentablemente la cultura pop no ayuda mucho en racionalizar las narrativas, debido a que por lo general, las series, películas o canciones, siguen vendiendo historias super románticas a prueba de todo, intensificando los mitos relacionados con el amor.
Riso (2006) en su obra “los límites del amor “nombra los siguientes pensamientos idealizados comunes sobre el amor, que se transforman en distorsiones cognitivas;
- a) “Si hay amor, no se necesita nada más”,
- b) “Al amor verdadero es incondicional”
- c) “Al amor es eterno”.
Es esta narrativa la que nos pone en una perspectiva dramática, provocándonos la sensación de un sufrimiento intenso y peor aún, haciéndonos creer que merecemos ese dolor, porque sin ti, no puedo vivir.
Tabla de contenido
La adaptabilidad de nuestro cerebro
Haidt (2006) en su libro “la hipótesis de la felicidad”, explica la capacidad que tiene nuestro cerebro a adaptarse a cualquier realidad, ya que los niveles de felicidad tienden a volver a un estado anterior después de un tiempo, independiente de la situación que haya provocado una inflexión en nuestros niveles de bienestar.
Es muy probable que en los procesos de duelo nuestra mente comience a idealizar a esa persona que se fue, recordando solo los momentos positivos de la relación e invisibilizando lo negativo, debido a que en la búsqueda frecuente de equilibrio nuestro cerebro necesita encontrar esos neurotransmisores de felicidad (dopamina y serotonina) que en esos momentos están escasos.
Es justamente por eso que los procesos nostálgicos se intensifican y soñar con esa persona es muy frecuente… Calma, es parte del proceso de adaptación.
Todo es cambio
El universo está en constante movimiento, nos explica Santandreu (2011). En el best seller “el arte de no amargarse la vida” describe como las cosas cambian y nosotros también, muchas veces este cambio lo elegimos nosotros con nuestras decisiones, otras veces, es la vida la que nos sorprende.
Aceptar el cambio y el continuo movimiento del mundo y el universo es fundamental para salir de estos pensamientos dramáticos, entendiendo que cada día cambiamos, ya no nos parecemos a aquella persona de hace cinco años, o más aún, no nos parecemos a esa persona de la semana pasada o la de ayer.
Si pones atención de cuantos cambios ha tenido tu vida y la de los demás, te darás cuenta de que estamos en constante movimiento, por esta razón, aceptemos que el cambio es una ley natural del universo.
Un montón de fuentes de gratificación
Según Santandreu (2011), uno de los errores principales en las personas muy románticas es la búsqueda de la felicidad solo en la pareja, dejando de lado un montón de fuentes de gratificación que nos provee la vida.
La familia extensa, el trabajo, los amigos, los proyectos y los estudios son abundantes fuentes de gratificación. Entender esto es esencial para apreciar y aprovechar las nuevas oportunidades que nos ofrece la vida.
Fomentar la Autocompasión
Controlar el diálogo interior, es decir, lo que nos decimos a nosotros mismos en esos momentos, es un ejercicio pertinente, ya que es muy común tener una narrativa hostil y autoflagelante, culpándonos de muchas cosas.
Es importante entender que la gente se equivoca, nosotros nos equivocamos y lo seguiremos haciendo. Identificar estos fallos, comprenderlos y hacerse cargo de ellos, son los cimientos para empezar a construir y avanzar. Por lo tanto, a hacerse cariño y comenzar a tratarse bien es una de las claves para sanar.
Superar un proceso de duelo amoroso requiere que el tiempo haga lo suyo, lo elaboremos y busquemos ayuda si es necesario.
Referencias
Haidt, J. (2006). La hipotesis de la felicidad. Barcelona: Gedisa.
Riso, W. (2006). Los limites del amor. Bogota: Norma.
Santandreu, R. (2011). el arte de no amargarse la vida. Barcelona: Grijalbo.
Psicólogo Cínico John Pizarro.