Este año, debido a la pandemia y confinamiento, conocimos una nueva forma de trabajo impensada antes de esta situación: el trabajo hibrido.

Los trabajadores catalogados como “no esenciales”, es decir, quienes no eran requeridos presencialmente en sus puestos de trabajo, vivieron una experiencia distinta a la habitual. Debido al contexto mundial que impuso el confinamiento tras la aparición de la pandemia, tuvieron que cambiar su esquema de vida y adaptarse al trabajo remoto. Esto significó estar en un mismo lugar 24/7, en el que viven, desarrollan su vida familiar o solitaria, se distraen y entretienen y ahora trabajan. Todo esto en el mismo metro cuadrado.

Ahora este esquema se “flexibiliza” y quienes tuvieron un periodo de adaptación al trabajo remoto, deben realizar un nuevo proceso. Esto porque, desde mediados del 2021, los empleadores solicitaron volver a la presencialidad, 2 o 3 días a la semana. Rearmar el esquema familiar, laboral y social demanda un trabajo psicológico que produciría rechazo o malestar una vez adaptados a la dinámica del esquema remoto. Ahora, el transporte público los espera.

Un artículo de Harvard Business Review de este año planteaba lo siguiente:

“La oficina debería convertirse en el ancla social para fortalecer el desarrollo de vínculos, en espacio de aprendizaje para compartir e intercambiar conocimiento, y en centro de innovación para propiciar espacios de encuentro interdisciplinarios que estimulen la innovación en las organizaciones”.

HBR

Pero en el mundo las aguas están divididas. Empresas como Netflix o Amazon anunciaron la vuelta a la presencialidad, mientras que Twitter y otras ofrecieron la posibilidad de un trabajo full remoto.

¿Qué es la Seguridad Psicológica?

Con este debate, aparece nuevamente en escena un importante concepto: La seguridad psicológica es fundamental en el entorno de trabajo híbrido, ya que es un pilar que sostiene esta dualidad de escenarios, nos permite poner en práctica que martes y jueves debo ir a la oficina, mientras que otros días mis horarios cambian.

La seguridad psicológica en el trabajo nos permite mantener la salud mental, como todos sabemos, cuando esta decae o no presenta una fortaleza importante, origina situaciones de inestabilidad emocional. Es fundamental para la toma de decisiones de alta calidad, dinámicas grupales saludables y relaciones interpersonales, mayor innovación y ejecución más eficaz en las organizaciones.

Seguridad psicológica y trabajo híbrido

Fundamentalmente en poder hablar, pedir ayuda y ofrecer ideas sin ser reprimidos o sentirse excluidos; en un entorno laboral de amplitud empática.

Para un empleado, decidir cuándo trabajar desde casa puede estar motivada por la necesidad de pasar tiempo con un familiar. También puede estar influenciado por problemas de salud no revelados o una pasión no laboral.

Vale la pena señalar que tener discusiones psicológicamente seguras sobre cuestiones de equilibrio entre el trabajo y la vida personal es un reto porque es más probable que estos temas afecten a aspectos profundamente arraigados de la identidad, valores y opciones de los empleados.

Cada persona conoce conscientemente qué modelo de trabajo es mejor para ser más productivo, organizar correctamente el tiempo, sentirse más cómodo, entre otros aspectos. Mientras que unos prefieren el teletrabajo por comodidad, otras personas se sienten mejor en las oficinas para evitar la soledad o las distracciones. Otros podrían escoger el trabajo híbrido por la diversidad que entregan ambas modalidades.

Es por esto que un empleado puede sentirse a gusto si le dan la oportunidad de elegir qué se ajusta mejor a lo que desea.

Este “deseo” nos impulsa a elegir, a decidir que opción es la mejor para nuestra vida, pero sino podemos elegir seguramente buscaremos otros caminos que nos den esa posibilidad.