El 8 de septiembre quedará marcado en la historia. Ayer jueves, la reina Isabel II, falleció luego de un extenso reinado, dejando perpleja a la nación inglesa y al mundo. Hoy, analizaremos como una nación u otro colectivo viven estos procesos de duelo.
¿Qué es el duelo colectivo?
Varias personas expresando su pesar por la pérdida de alguien que consideran cercano, personas que sienten como si fueran un miembro de su familia.
La muerte de una figura pública es la muerte de un legado. Pero, ¿qué puede explicar el hecho de que sintamos el dolor de una muerte y vivamos un duelo de personas que ni siquiera conocemos personalmente?
Sea un cantante, actor, presentador o la Reina Isabel II, el vacío que dejan sus salidas no solo lo comparten familiares y amigos que han convivido con su compañía, sino todos los que se han visto afectados por su trabajo y acciones. Esto nos hace reflexionar sobre la dimensión social de éste.
La dimensión social del duelo
Cuando una figura pública muere, la noticia parece tener que repetirse para creer realmente qué sucedió.
Hablar de la muerte de un artista es hablar de una dimensión social, de personas que compartían una admiración por él y que se veían afectadas, quizás a diario, por la presencia de esa persona.
El duelo termina extendiéndose no solo a la ausencia física de la persona, sino también a estos momentos de contacto, aunque breves, que formaban parte de nuestra cotidianidad. Instancias como vivir momentos especiales escuchando el álbum de un artista o disfrutando la película de nuestro actor o director favorito. Lo mismo sucede en el reino unido con la familia real y, en particular, con la Reina Isabel. Un tipo de fascinación por alguien que no se conoce en persona que se ha logrado extender a todo el mundo.
Artistas, famosos y celebridades representan una posibilidad de vida que solo podemos lograr a través de ellos. ¿Cuántas veces no has escuchado las letras de un artista y has sentido que expresan exactamente lo que estabas viviendo? ¿Cuántas veces te has imaginado estar y hacer las mismas cosas que aquella famosa?
Y la dimensión personal del duelo
La magnitud del duelo colectivo invade la dimensión íntima de nuestro ser, haciéndonos reflexionar sobre nuestra propia vida, sobre la imprevisibilidad de ella y nuestra total falta de control sobre la muerte.
No es raro que las personas piensen en la finitud de la vida y la consecuencia de esto, convirtiéndose en una reflexión más profunda sobre los sueños, las metas y la angustia.
Incluso su partida está llena de simbolismo para quienes los acompañaron. Pero pronto el dolor del duelo se transformará en anhelo y sus obras en homenajes. Los legados dejados por aquellos que se han ido pueden justificar hasta cierto punto la grandeza de lo que fueron para el mundo. Nunca podremos negar su huella en la historia y también en nuestras vidas.
Y si sientes que el acompañamiento psicológico te hará bien en estos momentos o en otra circunstancia de tu vida, no dudes en agendar tu sesión de psicoterapia cuándo y dónde te parezca mejor.