¿Cómo sanar una traición?
Todos en algún momento de nuestra vida hemos transitado o transitaremos por un momento de dolor emocional. Lo podemos encontrar en numerosas ocasiones como una ruptura amorosa, la pérdida de un ser querido, pérdida del trabajo, altas exigencias impuestas por uno mismo y problemas emocionales o sociales. Como también en la que quiero resaltar hoy, por una traición.
“Di todo por esa persona y, sin embargo, me traicionó”
“Deposité toda mi confianza y no supo cuidarla”
La traición es una de las experiencias más dolorosas que podemos vivir. No importa si se trata de la pareja, de los amigos o de un miembro de la familia. Si la persona nos importa mucho, puede llegar a afectar a las diferentes áreas de nuestra vida.
Esta experiencia puede afectarnos durante un tiempo, sí. Pero hoy quisiera recordarte que también puede ayudar a visualizar experiencias y aprendizajes valiosos para la vida, y esos aprendizajes provienen del significado que le damos a esa experiencia.
“El transitar por experiencias dolorosas, como la traición, nos hace fortalecernos como personas”
Muchas personas pueden ser víctimas de una traición. Sin embargo, el significado es profundamente personal y único. Es el sentido que le damos a esa experiencia dolorosa el que nos permite aprender y seguir adelante, siendo más resilientes o al menos más conscientes de nuestra fuerza.
Como dijera Viktor Frankl, “en cierto modo, el sufrimiento deja de ser sufrimiento en el momento en que encuentra un significado”.
Si te encuentras en una situación donde sientas que te han traicionado, te pido que hagas lo siguiente:
La inestabilidad emocional es frecuente en estos momentos. Emociones como ira y tristeza suelen aparecer, lo importante es que las aceptes y priorices un trato amable y compasivo contigo mismo.
En estas situaciones suele aparecer el rencor hacia la persona que te lastimó. Sin embargo, el rencor no es la forma de canalizar las emociones. El perdón es una decisión que nos libera de emociones negativas, permitiendo mirar al otro de un modo más amable y cambiando la percepción de los hechos y las personas.
Cuando nos ocupamos de aceptar sin juzgar cualquier situación que estamos atravesando, disminuye el pesar. Y esto nos lleva a transitar la vida desde una perspectiva más tranquila.
Sanar de las experiencias dolorosas no es fácil y sobre todo no es lineal; tiene sus altibajos. “El tiempo cura todo” dicen, y por algo es. El tiempo nos ayuda a poner en perspectiva algunas situaciones. Puede aliviar, poco o mucho, pero no es curativo por sí mismo, necesita de un proceso mental y emocional de cada uno.
El transitar por experiencias dolorosas, como la traición, nos hace fortalecernos como personas. Queda un registro en nosotros de cómo superamos la experiencia dolorosa y cuáles fueron los recursos y herramientas que utilizamos.
